martes, 1 de diciembre de 2009

Diciembre...


Buscando a Eric



Título V.O.: Looking for Eric
Año de producción: 2009
Director: Ken Loach
Guión: Paul Laverty
Música: George Fenton
Intérpretes: Eric Cantona (Eric), Steve Evets (Eric Bishop), Stephanie Bishop (Lily),



http://www.youtube.com/watch?v=IyeAx3jqxg8&feature=related


Desde hace algunas semanas, Carlos se levantaba temblando. Buscaba nervioso sus cajas de pastillas. - Ahora la roja y blanca -.

Revolvía entre los papeles de su mesa y como un yonki de la vida, se ilustraba con las recetas de su desayuno cada mañana. No se podía creer que la primera visión fueran esas tristes cajas de colores inundándolo todo. Hace apenas una semana, abrir los ojos era una bendición de miradas tristes y olor a otros días.

Calor y destreza en las palabras que perdidas caminan hoy por otras calles, y se entretienen en otros lugares, haciéndose dueñas de otros corazones. Hace tan solo 7 días, ese corazón era el suyo. O eso creía .

La vida en unas horas, ¿todo cambia con una llamada?

No, nada cambia, simplemente era una ilusión. ¿Que otra explicación tiene esto sino?

Desayuno singular, tostadas de nervios, tensión disparada, escalofríos de ausencia, sensación de un frío desamor en este invierno de carencias, el primer invierno, el último suspiro.

Las luces, los villancicos, cánticos y adornos en cada esquina. - ¿ Alguien se puede llevar este mes de Diciembre de la vida? ¿ Algún dios menor puede hacer que todo vuele al 7 de Enero? – grita desconsolado en su fría habitación, en esa fábrica de pensamientos incompletos donde elabora sus penurias, donde recoge de entre las cenizas los recorridos nocturnos de los últimos minutos del día.

Apenas son las siete de la mañana, los ojos enrojecidos de tantas lagrimas dormidas a estas horas, el pelo desubicado y sucio, el cuerpo encogido por la mísera rutina, por el dolorido cansancio de tantas noches en vela.

Las manos acarician compulsivamente la cabeza con movimientos disimulados de una vida desquiciada y la categórica tos que se ha instalado también en esa desconocida garganta. Ira, desesperación, impaciencia, pesimismo, son compañía destinada a colocar las frases desordenadas en ese estimulante papel donde guarda sus dolores, locuras, trastornos y que son su apoyo espiritual, el lugar donde reside entre dudas y mas dudas la materia gris que aún le queda, virtual, inmaterial, pero su única esperanza.

Y porque no escribir en la arena hasta que todo pase, rodar películas vacías donde los fotogramas sean ese pasado aburrido donde nunca ocurrió nada. Que se quemen las horas, que se duerman los días, que suene esa música sorda y vacía que todo lo llena…

Apenas puede levantarse, apenas puede respirar en cada amanecer de incipiente soledad, apenas tiene tiempo para resolver el enigma: rojas y blancas, azules, moradas ¿en que orden? -Ahora las azules-.

En algún lugar de este mundo alguien le observa, le instiga, le corrige, le informa de que la vida es un paraíso distinto donde sobrevivir es algo maravilloso.

En algún rincón de esta red globalizada, la preocupación, el miedo, las frases solidarias, los motivos desinteresados se hacen distraídos y rutinarios para sus cansados ojos. Palabras donde son necesarias caricias, frases solitarias donde se necesitan abrazos delicados, sonidos de restrictiva soledad donde se necesitan abiertos testimonios de un amor sin condiciones.

Y los fantasmas agitándolo todo, vigilantes para que no se desvíen sus pasos hacia el prohibido jardín de hierba limpia donde no se puede volver a pisar. Esas flores antaño tan suyas, esos ojos desestimados, esa voz discontinuada en el contestador automático de la vida.

Aquella tarde donde las sombras formaban palabras, donde los sentimientos se volvieron a desbaratar, aquella tarde de desconfianzas y titubeos, la tarde en que rompió su promesa de no volver a llorar mas, se alejo de la rutina, se encerró en el silencio y observo con detenida admiración la ultima joya de su admirado Ken Loach

“Los recuerdos bonitos son mas difíciles de superar…” Le decía Cantona a un cansado Eric. “A veces hay que arriesgarse para ganar…. Arriesgarse para sentir que la vida es un lugar, una estación, el eco dormido de un amanecer cargado de esperanza. Siempre hay mas posibilidades. Cambia de estrategia"

¿Cerrar el baúl, abrir la vida?- Se repetía sin control….

Los temblores no desaparecen, las ganas de vomitar, el ansia que todo lo estremece, el vacío que todo lo ocupa. Esas salas de urgencias ya no pueden calmar la sensación de fracaso que todo lo colma. Los huecos y las carencia no dejan de reposar sobre su ya maltratado estomago.

Se viste de vida una mañana mas, deleita con esa sonrisa que hace naufragar a las delicadas sombras que siempre le siguen, que siempre le ocultan.

Después dará luz a ese oscuro túnel un día mas camino de otra vida. Esperara a pasar la hoja de ese inacabado poema que no habla del pasado. Por fin un poema sin final, unas palabras escondidas que no recitan ese cansancio de vivir.

“Eric llevaba 30 años esperando una respuesta a su vida. Arriesgarse para ganar…. Cambiar de estrategia. “

La vida siempre ofrece un sin fin de motivos para cambiar , para decidir peinarse de otra forma, para salir a la calle sin las manos asustadas y temblorosas.


Dejar de suplicar, dejar de sorprender a quien ya no necesita las sorpresas, abandonar los versos en el cajón del olvido, dejar de enviar palabras a quien ya no necesita mas palabras, y dejar de doler a quien duele.

Todo el mundo tiene versos, palabras, películas, sonidos, canciones…. La vida es una consecución de sucesos poco originales. Lo importante es lo que es capaz de ver el ojo, lo que el corazón es capaz de leer y las palabras de contar. Las caricias que la vida les haga, y que cuando los sueños recorran la espalda, ese escalofrío tenga un solo nombre, una sola cara… .

Dejar vivir a quien ya no le necesita para vivir, a quien ya tiene otra vida, para poder dejar así, de negarse a si mismo., para poder vivir de nuevo hasta que el tiempo vuelva a sorprenderle….




Eric lleva 30 años esperando una respuesta a su vida. Y la vida le sorprende, de nuevo con una sonrisa. La misma cara, el mismo tacto, el mismo beso de hace treinta años.

4 comentarios:

  1. Deja que la vida te sorprenda de nuevo con una sonrisa... quizás la misma cara, el mismo tacto, el mismo beso de hace treinta años. Cierra el bául, abre la vida, que te entre a raudales.

    MAMV

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  2. Gracias MAMV. Asi lo haré. La dejaré abierta, y que entre quizas, la misma frescura, la misma alegria, la misma sensación de amor que hace treinta años. Que mayor soy.!

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  3. No...déjate de historias, que tú con 15....no lo veo, suéltate el pelo o hazte un masaje capilar en nuevas peluqueías, dejémonos ya de ñoñerias.

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  4. Me ha parecido bien lo del plural " dejemonos". Yo soy un caso perdido, pero tu, quizas todavía puedas remediarlo. Gracias por el consejo!

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