
"Muerte, que has sorbido la miel de sus labios, no tienes poder sobre su belleza”
Romeo y Julieta ( William Shakespeare )
Film by Buzz Luhrmann ( 1996)
Esconderme nunca ha sido una de mis mejores armas. A veces el miedo dista mucho de ser un enemigo frontal que nos induce a la compañía por el temor a ser castigados. A veces la inseguridad se convierten en pretéritos donde escabullir las dudas y reconocer las derrotas entre amargos lugares donde respondernos en soledad.
No me refiero a ti princesa. O quizás si. Las dudas y los silencios me oprimen en este cuarto oscuro que tantos vómitos me provoca, que tanta nostalgia me estimula. Todo prohibido. Todo pasto para los sicólogos, y los aprendices de agoreros, que al final, por más que me soliviante, aciertan en sus previsiones. Pero quizás esto sean pequeñas batallas, y no estén concibiendo que la vida no sea ni una guerra, ni una farsa.
A veces el dolor se adueña de mis huesos y los paraliza. Ahora, algunos días, me produce carcajadas ese tembleque constante que no puedo parar. Otras, mi agonía me origina un malestar disyuntivo contra el que no puedo luchar, y me meto en la cama durante dos minutos, que parecen seis horas, y me levanto sin fuerzas, y la vida se estrecha como si se fuera a terminar.
Te miro a lo lejos, por la mirilla oculta de mi desilusión, te miro incapaz de contener mi alérgica disciplina por las palabras. Escribo tu nombre para borrarlo mas tarde, y así contradecir a los días, y así desorientar a los susurros que en mi saturada soledad se atreven a decir, se atreven a soñar.
Huelga decir que canto fatal, que cuando grito eso de ...Alicia sin ciudad..., se me encoge el alma en busca de tu mirada. Suele ser en el coche, el lugar donde más grito, donde mis sollozos se tornan dramáticos hasta la extenuada sensación de pánico que me producen esas lagrimas encerradas en lo profundo de mi corazón.
Sin embargo me sorprende estar tan serenamente dispuesto a escribir estas palabras, con la valentía que me otorga el apasionado discurso con el que junto las letras en busca de un sentido singular. Quizás el sentido de mi amor, (un amor perdido en la distancia de los recuerdos al que el abandono hizo responsable de esta situación) , sea la causa de mi serena diferencia. Y seguir ausente de los insultos que me propino por ser tan iluso, por acomodarme a la situación como si se tratara de un disfraz en el carnaval de mi vida, por ser la romántica circunstancia de esta decadente entrega por capítulos ante un amor perdido.
Comprenderás que me refugie en los sonidos de aquel tranvía donde tu triste sonrisa se sintió capaz de iluminar los deseos escondidos en la solapa de mi traje. Entenderás que me cautiven tus ojos con la mirada escondida y solitaria que cristalina llenaba de agua nuestros paseos por esas calles empedradas. Sabrás sin duda, que en las noches opacas para los dos, tu abrazo fue mi salvavidas en ese océano de oscuridad que a veces me producen tus palabras.
No me avergüenza decirte, hablarte, escribirte, por mas distraída que tu sombra se encuentre, por mas decidida a no besarme que tu boca se sitúe, por mas olvidado que me tengas a estas horas.
Me atrevo a decir tu nombre, delante de este mundo tantas veces infame que no gusta de este tipo de declaraciones, de este estilo epistolar que a nada, quizás conduce. Pero a mi me llena, gritar y decir, escuchar y sentir, arriesgar y … quien sabe, quizás, perder.
Me atrevo, a decirte, Alicia. Y nada mas.
http://www.youtube.com/watch?v=AU1zJofOY60&feature=related
Tu declaración es preciosa. Es sentida, muy real, muy cierta, muy sincera, muy de verdad. Siento mucho tu decepción, tu desconsuelo, el vacío en tu estomágo. Te entiendo perfectamente. Uno va subiendo la montaña, y antes de alcanzar la cima, cae precipitadamente al vacío. El problema no es cuántas veces caemos, sino cuántas seremos capaces de levantarnos.
ResponderEliminarY nuestros amigos siempre estarán ahí, y nos dirán mil veces lo mal que lo hacemos, y nos pegarán un guantazo si es necesario, hasta que de una vez veamos el abismo, el destrozo que causamos, y seamos capaces de dar un paso atrás y después otro, y después otro, y cambiemos el rumbo, y eligamos otro camino, y dejemos al otro elegir su camino. Y mientras tanto nos acompañarán en la desdicha, ofreciéndonos su brazo, recontruyéndonos de nuevo.
No hay futuro sin distancia, tampoco sin confianza.
Tú literatura sigue creciendo, encontrando respuestas a lo que otros no pueden entender. Yo te entiendo, te comprendo y acojo tus sentimientos, para calmarlos con mis manos, hasta cuando es imposible.
Cuídate mucho.
Gracias por tus palabras.
ResponderEliminarSí, el relato es real, es sincero, no se mentir cuando escribo, soy transparente.
Distancia, confianza, futuro.... . ¿ Elegir un camino? Yo no he tenido elección. A mi la vida me ha empujado hacia el. Pero no hay problema, saldre, me levantaré, lucharé, y no olvidaré... .
Cuidate tu también mucho.
Un abrazo fuerte.
Aunque sea lo que menos te importa ahora.... Que pena que no te publiquen esto!!!!
ResponderEliminarTe has levantado y has sabido luchar ante situaciones muy dificiles.
Los años tambien nos hacen ver las cuestas más empinadas, y todo parece más complicado.
Pero no estás solo. Estamos ahí para acompañarte en tu camino. Aunque algunos dias no lo sientas , seguimos aquí. Contigo.
Te quiero.
Gracias...Algún dia se podra publicar algo, porque no. Pero efectivamente es lo que menos importa ahora, hoy. Se que no estoy solo, se que hay muchos ojos mirando y velando por mi, aunque dia tras dia acabe defraudando a la mayoría, me volveré a levantar una vez mas. Un abrazo.
ResponderEliminarEscribes tan bien....
ResponderEliminar¿Por qué no te das una oportunidad? ¡Déjala ya! ¡Te ata! ¡No te deja volar!
La quieres mucho, seguramente ella también, los dos lo sabiais. El tiempo cura y las personas se transforman, pero me temo que no os dais ese tiempo.
¡jóder que ganas tengo de verte sonreir! ¡de qué por fin puedas abrazarme! y quién sabe, a lo mejor, ojalá.