sábado, 26 de diciembre de 2009

El sembrador de Estrellas



El sembrador de Estrellas de dia. Kaunas. Lituania.



Mi querido Mikel,

La distancia no es el camino, pero alivia el sentir tanta tierra de por medio, aunque este siglo con los avances tecnológicos te mantienen mas atado a la realidad de lo que yo hoy quisiera.

Tengo la sensación, de todas formas, de que mi capacidad de convocatoria, de opinión sobre lo que hago, de preocupación por mi, se va diluyendo. Es una sensación a veces contenida, a veces difundida por las sombras que a mi lado caminan por estas tierras heladas. Poco a poco voy cosechando lo que he ido sembrando: Olvido, indiferencia, soledad. El único hilo que me mantiene en contacto con la realidad de la que huyo son esos mensajes que recibo en la distancia, de enfado, cargados de monosílabos, llenos de palabras de odio y venganza a veces , de amor otras y de escogidas frases donde demostrar lo imposible : “Tu y yo somos iguales, venimos del mismo lugar…hemos llegado hasta aquí de la mano” o sea, la culpa queda repartida, el dolor dividido, la locura fraccionada en este valle de incontenibles lagrimas.

Lituania es un pequeño país del norte de Europa. En el 91 declaró su independencia siendo un país en recesión. Hoy figura dentro de los llamados países emergentes, creciendo un 10% año sobre año. Esto es lo que he aprendido de este lugar en el poco tiempo que llevo aquí. Sus gentes son amables y acogedoras, y no necesito saber nada mas. Tan solo he llegado hasta aquí en busca del “Sembrador de estrellas” un singular personaje al que llevo años persiguiendo. Hoy por fin estoy en el lugar donde se encuentra: Kaunas, Lituania.

Cuando salí de Madrid, tenía la sensación de estar en paz con todo, con mi conciencia, con mis seres queridos, con mis amigos. Pero tan solo un mensaje, unas palabras serias y tajantes, me causan un desequilibrio inconcebible. Si tan solo unas horas atrás el futuro era una playa de luz, ¿porque el tiempo apenas detenido un instante me arrojaba a la vida como un saco de basura, me abandonaba a la jauría, me asolaba de nuevo en esta soledad?.

¿Que hechos misteriosos ocurren cuando la ausencia se hace patente? ¿ Con que mentiras somos capaces de disfrazarnos para que la realidad absorba cada minuto de nuestra ira?

Kaunas es una ciudad pequeña de unos 400.000 habitantes. Es la segunda mas importante del país. Su casco histórico es espectacular. Pasear por sus calles con la nieve sin pisar es una de esas cosas que nadie debería dejar de hacer antes de morir. La sensación de terciopelo pisado, el sonido de los pasos perdidos, la huella escondida bajo el relieve blanco de ese polvo de algodón... . Son las dos de la mañana, y las ciudad parece desierta. Sigue nevando. Apenas hay ruido. Es Navidad y las luces permanecen encendidas. - Mañana buscare al “ Sembrador de estrellas”- me digo bajo el helador frío que enciende mi boca a cada palabra. Siento que algo mágico va a suceder… .

No consigo dormir. No consigo saber porque huyo, que extraña circunstancia me hace tan débil, tan infeliz, que hace de la realidad un lugar distorsionado y fugaz, donde los recuerdos felices se acaban borrando y tan solo el dolor, el amargo sabor de los reproches permanece intacto en cada pensamiento. Me gustaría racionalizar mi corazón de la misma manera que lo hago con mi cabeza. Suena el móvil, corro hacia él desesperado… Orange informa…. Que desilusión! Cada noche igual: Miro esa pantalla buscando las palabras que nunca llegan.

Son la 7:30. Se vislumbra algo de luz en el firmamento. No amanecerá hasta pasadas la 8:30. Y anochece a las 16:00. Los días son extremadamente cortos. Para mi propósito es ideal. Las sabanas huelen a sueños, a tentaciones, a deseo, a ese olvidado recuerdo. Camino hacia la ducha. Un espejo se cruza conmigo, con mi cara rota, con mi cuerpo herido. Manos, cara, piernas, espalda.. se me agrieta la vida, se me rompe la piel, ¿quien puede desear esta imagen? Tengo ganas de vomitar… .

Me dirijo andando, después de un té, a la estación de trolebuses. En Kaunas es un medio de transporte idóneo para cruzarla. Mi “Sembrador de estrellas” está esperando en algún lugar de la historia de esta ciudad. Los edificios se asemejan a mi barrio. La guía les llama estructuras soviéticas. Edificios iguales de austera construcción. Yo viví durante años en uno similar.
Pienso en mi personaje: Por el día haciendo el trabajo duro, sembrando la ilusión, la esperanza, la calidez. Por la noche recogiendo la belleza, el origen florecido entre las sombras y los versos de muchos ojos contemplados.

Viajo casi sólo en mi vagón. Suena esa música del corazón que llevo en mi móvil, cuando las palabras viajan hasta el.. No entiendo las de hoy, las que me llegan desde Madrid. Mis lágrimas se hielan en este frío invierno. La soledad, el gélido paisaje, el dolor desesperado de los días inútiles, de los perdidos momentos en los que necesito abrazarme y no consigo encontrar ese cuerpo que tanto ansío, recorren ahora cada palabra de esta inquietante redacción. A veces sueño este momento: Me despierto gritando, con el cuerpo rígido lleno de contracturas. El medico ya me avisó: - ten cuidado, somatizas por el aparato circulatorio. Eres una bomba de relojería. Un día estalla, y se acabó todo-.

Entendí en ese momento que esa era la forma. Sufrir hasta no poder más, hasta que el mundo entienda de lo que estaba hecha mi vida. Luego recapacito y digo: ¿Quien tiene derecho a sentenciarme? Nadie. Si el deseo ha cambiado de nombre, y el amor ha cambiado de casa, si el asiento de al lado huele diferente, y las manos acarician con la suavidad soñada, con el sabor deseado, con el olor querido. Y mis manos, desvencijadas por las llagas, enfermas de dolor, abandonadas a este frío que las agrieta y rompe, torpes, inapetentes, vulgares, ya no son sus manos, ¿que puedo hacer yo?

Camino ausente, sin hablar con mi colega. Su respeto por mis pensamientos es marcial, aunque en sus ojos leo un cierto grado de incomprensión.

Aquí esta el monumento. Un hombre estira la mano en posición de arrojar semillas. Es una escultura singular, pero de las que pasan desapercibidas en cualquier ciudad sino fuera por su encanto, su seducción. Un homenaje al campesino, a la vida, al origen de las cosas. ¿Quien habría de fijarse en un motivo tan sencillo?-¿Porque estrellas?- me pregunto entonces - ¿Donde están?- ¿ Tantos kilómetros para esto? - Empezaba a pensar que me había vuelto realmente loco.

Dimitri me dice que me calme. Que fotografíe la escultura y nos vayamos a tomar un vodka a un local cercano , en la esquina. Son las tres y el sol se esta derritiendo, la oscuridad produce ausencia, melancolía en este lugar. El termómetro marca 13 bajo cero. – Vamos a por ese trago amigo-.

Un vodka y después otro. Llevo ocho meses bebiendo de manera habitual. Bebo acompañado y lo mas peligroso: Bebo en soledad. Pareciera que me estoy convirtiendo en algo que nunca fui. Tomo pastillas, he dejado el deporte, fumo lo que va saliendo, y bebo a cualquier hora, por no hablar de alguna que otra cosa mas fuerte. No, ya se, esto no soluciona ningún problema. Pero, ¿quien ha dicho que yo quisiera solucionarlo?

Son las 17:00. No hay niebla, pero yo la veo por todas partes. Me acerco hacia la estatua cámara en mano, escéptico, vulgar, sin palabras. Dimitri se retrasa un poco y me deja que camine en soledad: Ahí esta el sembrador…. ¡De estrellas!

El milagro se ha realizado. La magia existe. Las sombras son luz. La vida es un hechizo. Los sueños son posibles. Por eso sigo soñando, por eso sigo sintiendo, por si acaso algún día comprendo las palabras, y consigo escapar de esta rutina tan dolorosa de la que soy cautivo, por si en algún lugar de esta tierra, existe esa playa con la que sueño. Pero estoy muy cansado, me pesa cada día mas, la vida.


P.D.: Te envío las fotos. Hasta pronto. Un abrazo.

Almasy.


El sembrador de Estrellas de noche. Kaunas. Lituania.

3 comentarios:

  1. Lo siento amigo, de verdad lo siento, yo ya no puedo ayudarte, a partir de ahora recorrerás tú solo o con quien te tienda otra mano el camino tan duro que te has marcado, Ha sido un placer volver a verte, cuidate y nunca, nunca, pierdas la esperanza, seguro que algún día volverás a ser feliz, solo tienes que proponértelo.

    Te llevaré siempre en mi corazón.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, por todo. Se que te he defraudado, a ti y a tantos... . No se quien eres pero esa sensación me acompaña cada mañana, cada minuto, cuando unos ojos me miran, cuando se asoman a mi ventana. Se, desde el inicio que el fin es estar sólo. Nadie puede acompañarme en este camino de locura y desolación. Nadie puede, ni debe, ni se merece que yo le de esa vida. Gracias por cuidarme, por tu sincera compañía. Apenas puedo seguir escribiendo: ¿que puedo ofrecer asi?

    ResponderEliminar
  3. Sí que puedes ayudarle, mucho más de lo que imaginas. Le ayudas, aunque él no lo sepa, aunque te lo niegue cada día, en cada copa, en cada viaje. Le ayudas y tú lo sabes y aunque estés cansada le das esperanza, esa que le pides que no pierda.

    Un beso. Cuídate tú también.

    ResponderEliminar