Me siento en mi mesa vacía de palabras y llena de vasos cansados, donde ridículos espacios limpios ayudan a colocar mis sentidos como una linea continua donde se dispersa la noche, mas allá de las sombras, donde la quietud delira sin sentido.
Insinúo entonces, tatarear una canción inconsciente y perdida en la memoria hace ya algún tiempo mientras el viento distrae cada letra que mastico en mi teclado. La lluvia disipa este atardecer soleado y loco de primavera. La luz esta desapareciendo de mi horizonte. El efecto es instantáneo. Mi cerebro no esta sólo.
Me hablan ahora las luces que ausentes se encienden a lo largo de las calles vacías. Huele a primavera escondida, a gente huyendo de la vida, a tardes de penuria y pensamientos ambiguos con los que enfrentar un mañana distinto, un Lunes cualquiera.
La lluvia sigue manejando el distraído caminar de los ausentes.
Asomo mis palabras al agresivo discurrir de este dia perdido por la inquieta y estudiada sensación de orden . La condena de las horas se dibuja en las miles de caras perdidas con las que la vida se nutre. Me confunde la sonrisa disimulada que atraviesa cada calle, cada estrecha acera por la que caminan sin motivo los aspirantes a personas.
El viento ahora es implacable. Grita y agita sus brazos hasta hacer temblar al olvido. Atemoriza y avisa de una realidad que vacía sobrevive a los dias, a la soledad que volverá a recoger sus frutos, un lunes cualquiera, en este domingo sin luz.
Y ahora el silencio, ese que vuelve a ocultarnos el bochornoso contenido donde reflejamos la esperpéntica sintonía , el olor a tierra mojada, el tormento en forma de luz que provoca e ilusiona la perdida soledad sobre cartas distraídas hoy, en un limbo de ausente bagaje.
Recoger entonces las notas oscuras, y dividir el silencio, acurrucando cada letra entre las palabras para dormir sin motivos, en el discreto regazo que la solitaria vida ofrece esta noche.
Abandonar pues la locura por un instante y replicar las palabras una y otra vez como soñadas espinas que mañana volverán a nacer.
Y de repente un Blog, ánimo de hablar sin nadie, añadiendo a la vida a todos, con el humilde respeto que siento por las palabras seguidas, por la ignorancia contenida, por las sensaciones ambiguas que produce desnudarse.
Terapia, quizás desahogo, quizás comunicación.
Salir , con las manos perdidas de tinta imaginaria, maldiciendo a la vida, para reflexionar en silencio como cada día, suplicar su perdón por ser tan necio con su dilatada experiencia, por ser ese personaje estúpido que la odia, que la ama, que la vive… .
Escupir ahora las letras, y colocarlas a los pies de tantos ojos, sentado a la orilla de esta dama blanca que me obliga discreta a no encender la cerilla de mi memoria, la luz que distorsiona e induce una noche mas a caminar descalzo por los cristales de la soledad, la estricta y diminuta razón por la que me encuentras aquí, persiguiendo sombras, luces, y sombras.
Sueños sin sentido… .
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