jueves, 12 de agosto de 2010
Aprender a vivir
Sunrise Aveneu.
Forever Yours
Postrado en la cama. Intenso dolor de cabeza. Creo que me muero.
Soledad, absurda y necesaria.
Soledad.
He engordado algunos kilos desde que decidí sistematizar mis palabras, perseguidas aun por esas imágenes a medio camino entre el amor y la muerte. Quizás no tenga nada que ver, quizás no quiera saber porque... . El caso es que el cuerpo va por un lado y yo por otro..
Vengo sintiéndome mal desde hace meses, y vengo sintiéndome mejor desde hace exactamente los mismos meses. Será que una cosa va teniendo cada vez mas que ver con la otra.
Debe ser que morir es a la vez alegría de vivir.
Se esfuman los recuerdos, envueltos en esa mirada de odio desprevenido que acecha cada paso de mi vida cuando mi mano hace sonar el timbre discreto de lo que fui en otro espacio casi singular y muy especial.
Mi espalda se llena de evocados espacios cuando mis pasos se alejan de vuelta a la incuestionable rutina diaria, la alternativa virtud por desordenar esta sistemática capacidad para no hacer nada igual nunca, pero hacerlo cada día. Descolocada rutina. Interior espacio de ilusiones rotas donde construtir el futuro.
¿ Que futuro?
La música, ese sonido que lejano resuena en mi cabeza dolorida sigue siendo, en ocasiones, un paseo dulce y delicado o un estadio agresivo y brutal cuando de manera desacostumbrada decido rechazar cada hora con una sonrisa en la boca. Nada me sabe a nada, y busco el sabor en la boca de todos.
Cada nota es el misterio repentino de mi estado de animo interior, mi vagabundo semblante exterior. Cada estrofa, cada guitarra rota, es el consuelo que no busco, el infinito, el limbo de la solitaria noche que recorre mi vida.
Bajaré a la piscina, si consigo adelantarme a esa noche .
Unos largos perdidos en busca del refresco para el cansado dolor de rutina. ¿Que escribo? ¿ Juntar palabras para no decir nada? ¿ A quien le importa?
Los espasmos y los suspiros casi consiguen desbocar el corazón. Quizas sea la ignorancia, o los celos contenidos de mi adorable orgullo, que también me ahoga en la soledad de estas oscuras y calcinadas canciones.
La toalla blanca. El misterio a veces, ¡tiene nombre!.
Sangre distraída, pero demasiado común, ahora.
Blanco escondido bajo insolentes palabras donde acurrucar la ilusión de un despertar distinto. Luces y sombras ambientando el oscuro salón de la prohibida casa. El momento oportuno para sangrar, el espacio idóneo para desaparecer sin dejar …. ¿Habré dejado huella? ¿ Alguien se acordará de mi después de algunos años?
La filosofía me ha sorprendido riéndome sin motivo. Es tarde para todo... para todo.. .
Otra vez este dolor. Boca, estomago, infección. Vuelvo a reírme, con motivos, sin solución.
Recuerdo hace ahora tres años un sueño continuo, jugando al futbol, marcando ilusión en cada gol, en cada pase. A veces se le escapa a Carlos eso de "Vamos a echar un partido…."
Ya ni esa lagrima suelta que todo lo inundaba. Esa operación me llevo a esta casa, esos meses, esa convaleciente pena que aún se asoma a mi cama alguna mañana cuando camino con indescriptible dolor. Cada dia mas dolor.
Bueno...
... Y ahora a empezar. Cada mañana, cada hora, empezar a soñar con una vida que jamás soñé. Saborear ese elixir dulce de la melancolía, y sonreírle a una vida que no es tuya, que se ha adueñado de ti.
A quien le importa este fin.
¿A quien este principio?
Postrado en la cama. Intenso dolor de cabeza. Creo que me muero. Y aún asi creo estar empezando a vivir.
domingo, 21 de marzo de 2010
Mentira

The Killers
Sam's Town
2006
http://www.youtube.com/watch?v=LJwea90rYHQ&feature=related
Después de mas de diez horas con Carlos vuelvo a casa. Las calles están medio vacías. Tengo un cierto gusto por las cosas bien hechas, pero también cierto grado de melancolía. La música mas alta de lo que el sentido común permitiría a cualquier persona normal. Evidentemente no soy normal, no lo he sido jamás, no iba a serlo precisamente ahora, donde un pequeño grado de locura estaría consentida. La cadencia perfecta: The Killers, This River is Wild… y que la vida entre a raudales por las ventanillas… .
Hoy era una día especial. Quise llegar a tiempo para el cumpleaños de Dani. Mi maestro, mi compañero, mi amigo.
Recuerdo tantas cosas a su lado: las tardes en Años Luz, los recorridos por el mundo, las historias por la vida, las copas, el rubor cultural que me producía discutir a su lado, las semillas que fue plantando en mi conciencia en busca de una mejor persona.
El siempre dijo: utiliza tu inteligencia para hacer el bien. Eres listo, no abuses, no te dejes llevar por el lado oscuro. Evidentemente no siempre fue asi. Pero siempre estuvo muy presente, siempre quise ser mejor. Aun hoy, cuando le veo postrado en su sillón, rodeado de sus amigos, aun cuando el ni siquiera es consciente de tenernos a su lado, aun cuando Dani ya no es Dani, sigo sintiendo sus palabras, su recuerdo, su presencia muy cercana, como si estuviera vigilando mi permanencia en este lugar inconcluso donde seguimos respirando. Y su recuerdo me produce una extaña sonrisa, como si la vida quisiera decirme : ya esta bien ¡Vive!
He querido llegar a tiempo a su cumpleaños. 58 años. Toda una vida vivida varias veces. El lo hizo por diez. Cuando recordaba que dia era hoy ( 19 de Marzo) y de sus celebraciones de cumpleaños año tras año y pensaba como le encontraría en este, mis niños me abrazaban, y me decían ¡felicidades Papa! .
No ha sido el mejor de los días. Mis niños han saltado, me han dado su regalo y la vida me ha puesto en la línea de salida de nuevo. Pero no ha sido el mejor de los días.
Me pregunto que hubiera sido de mi, de haber conseguido ser mejor persona. Que hubiera sido de mi, de haber conseguido hacer felices a los que me rodean. Nunca es tarde, y no me queda si no aprender de los errores, que han sido cuantiosos. Hay margen para la cordura, para el perdón, y no solo para la sinrazón, el escondite y la burla en estos confusos dias.
Dice Carlos que me vuelvo perezoso, que convivo con cierta apatía sentimental en cuanto me doy la vuelta y corrijo mi delicada esencia. Eso así, de repente, sin cervezas…. .
Que huyo de las mentiras que me persiguen cada día, de esas farsas de salón donde la sinrazón se vuelve argumento y los sentimientos son escudos donde se dispara contra el pasado, salvaguardas donde las fotografías no tienen sitio, escudos donde abandonarse a la penuria y que resulte la mejor de las disciplinas.
Aunque en realidad yo huya de la quema de los años, del tiempo delicado donde quedó inmersa la vida, de ese oscuro pasado que te rodea y ahoga, y de esas mentiras en la que se convierte. Quizas huya del cobarde silencio que todo lo llena, de la felicidad deseada y malherida, de las condescendientes palabras del aprendiz de brujo. Que el sol también te ilumine a ti que falta te hace, le murmuro a Carlos en la décima Mahou clásica. A mi dejarme que la luna me alimente de luz, me llene de vida. Y van 11 por lo menos… 11 otra vez el once.
Me acostumbro a vivir estos días con la única verdad del presente que me guarda, cobija y protege ya. Deben ir doce… .
Recuerdo cuando Dani solía animarme a dar un paso mas, esos dias politicos, cargados de riesgo y adrenalina… y sin embargo ahora acostumbra la vida a decir que jamás arriesgue , que guarde las verdades en ese castillo tan impenetrable que hasta yo desconocía, que contaminé la rutina para que pareciera mentira, y que escondí las siete vidas o mas que he tenido en una vida oscura y de ocultismo. He debido ser el personaje mas autentico de esta novela llamada Mentira. ¿Solo yo fui una farsa?
En fin, ya solo me queda una vida… Pero también será mentira
Como dice Carlos, los sentimientos no tienen doble cara o yo no se como disimularlos. Caminar sin rumbo, a pecho descubierto, navegar con el sentido casi siempre distraído, pero eso si, navegar, el viento en la cara, sin miedo a que miren, sin miedo a que vean, a que digan, a que excluyan. Sin miedo.
Cuantos esconden sus palabras en blog de acceso denegado mientras miran al de a lado, cuantos se disuelven en ellos mismos, mirándose el ombligo, con la clase justa, y los recursos al limite de la incongruente cordura. Cuantos que se atreven a juzgar mi desordenda vida, con cuantos he todavia de encontrarme... .
Ahora ya solo me queda poner mi cuerpo al amparo de la suerte y a veces perder, destruirme y volver a renacer, y volver a ser , volver a ser ese al que simplemente ayer con delicada sintonía se abrazaba a la rutina y sorprendía a la felicidad con mil sonrisas. Seré. No hay duda.
Las palabras se aprietan en mi garganta. Algunas no pueden pasar y ahogan mi respiración. Pero eso ya da igual. Estoy solo, y eso ahora da igual porque, sonríe Carlos, eso también es mentira…. ¡¡¡¡Jajajajaja!!!!!
Y al final del camino, otra vez en casa, el cansancio, la fatiga, la ansiedad cubierta de soledad sin discurso. Y mis tres niños... Ellos si son la memoria, ellos si son los recuerdos, ellos si son realidad. Ellos no son mentira.
Otros vendrán. Y seguro que ese deseo de una vida mejor se cumplirá. Yo no lo busque. Mi vida era la mejor. Sin embargo, hoy se que quizás tenga la suerte de encontrarla de nuevo, en otras playas, o inmersas en otros corazones... La encontrare.
Soy Almasy. Y he venido para quedarme.. No hay trampa ni cartón. ¿Que mas se puede pedir? . Mis manos están vacías, y mi ilusión intacta.
Dame Carlos, dame otra cerveza que me siga limpiando, dame la trece que te voy a contar….
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domingo, 17 de enero de 2010
Noche de luces

Thomas Dybdahl – Thomas Dybdahl
2009
Me perdí por las calles despiertas de un Bankog que a las nueve de la noche se sumerge en los colores y las dudas, como yo.
Un paseo por sus calles caóticas implica toparse con cientos de locales de comida callejera que despiden aromas a especias que atrapan y diluyen tu mente en un sinfín de colores y recuerdos. Para cualquiera que camine por este lugar el impacto de sabores y olores es tan fuerte que no podría, ni querría describirlo. Venid aquí, mezclaros entre los seis millones de sombras que viven y sueñan en esta ciudad. Mikel, deberías venir, nada te ata a Madrid, y quizás sea una razón mas para romper la rutina de esa ciudad que por lo que me dices, comienza a atraparte.
Estoy en una pequeña mesa en el Mercado de Aw Taw Kaw. Explosión de sonidos, todos desconocidos para mi, griterío y sensaciones de un mercado que tiene los sentidos detenidos hace algunos siglos. En la mesa de enfrente una occidental, morena de ojos oscuros y grandes como esta solitaria noche. Escucha en su Iphone ( como no…) a Thomas Dybdahl, creo que es “ From Grace”, una casualidad mas, para ese saco que lleno cada día, sin pararme a pensar si es que la vida las pone ante mi para hacerme pensar, para plantearme mi existencia sutil y dormida.
El enorme y variado mercado, cuenta con un sin fin de comidas preparadas y de alimentos frescos como frutas, pescados, verduras y especias. El idioma a veces es un problema, y me debo fiar del instinto y los olores, para elegir mi cena. Se me escapan las fotografías sin parar. Por supuesto, ella se lleva un buen lote de disparos. La cámara la quiere, tiene un color especial esta noche.
Esta sola, así que me atrevo a pedirle ayuda con la comida… .
Se atreve con los Dumplings de todo tipo entre carcajadas, se me ocurren mil tonterías acerca de esta comida especial. Decimos no a las salchichas que tiene desconocidos olores para nosotros, y las presas de cerdo preparadas de mil formas, pero eso si, aderezadas con una salsa de chile picante, que es el común denominador en Tailandia. También comemos los famosos pinchos yakitori, y dejamos para otro día la sopa de pollo y pato que nadan de forma extraña en esos grandes cuencos, mariscos vivos y más de cuatro variedades de cangrejo que miran sin cesar nuestro ya perdido paladar.
Por cierto, todo esta tan animado porque es española, Madrid, Embajadores para mas señas y conseguimos mantener una conversación sin pausas, sin dudas, como en el ultimo mes y medio con este ingles mío tan inconexo y vulgar….
Hablamos sobre su trabajo en una compañía de telecomunicaciones, la responsabilidad de llevar un departamento internacional, lo que supone en viajes y estrés por los resultados, pero también los beneficios de conocer el mundo gracias a este oficio.
El trabajo en una multinacional americana, del que ahora estoy en excedencia y que me ayuda a buscar mi sitio en el mundo, es la respuesta a su curiosa tentación de saber quien se ha sentado a su mesa. “Me canse de que mi pareja me dijera una y otra vez que no había esperanza para nosotros, que no me hiciera ilusiones con nada, que ella tenia su vida y que esa no era a mi lado. La primera vez es duro de escuchar, la segunda también, las siguientes te sientes el imbecil de su reino, alguien a quien se le debe proteger porque es sentimentalmente imbecil. Vamos te lo han dicho en verso, en prosa, con palabras bonitas, con feas palabras y tu sigues??? Todo se acabo. Hay otro hombre en su vida, además, y eso es suficiente para que el amor se acabe entre nosotros y se colmen las posibles aspiraciones que yo tuviera a su lado.”
Jamás olvidaré las miradas prepotentes de ese vulgar imitador de frecuencias, poesías y canciones. Jamás perdonaré la osadía. Viviré con ese recuerdo bien presente, porque la vida es un lugar, a veces muy pequeño, y con paciencia, te da la oportunidad… .
Su nombre es delicado y casual también. Mi sicóloga se llama de la misma manera. Pero en todos los años de mi existencia, jamás había conocido a nadie con ese nombre. Y ahora por casualidad dos personas que marcan mi vida en el mismo año. Su sonrisa me estremece, me ahuyenta los malos espíritus, me hace viajar a un estadio de común calidez, de sonidos perdidos hace mucho tiempo en mi corazón. Seguimos hablando hora tras hora, sus viajes , los míos, su sonrisa, la mía, su delicada frescura, quizás también la mía… y así hasta el amanecer. Es de esos día en los que temes que todo se acabe porque la sensación es que a ella no le interesa lo mas mínimo volverte a ver. Cuando a uno la autoestima se le pasea por los suburbios de un corazón mas que roto y ahogado, este tipo de sensaciones son habituales. Entonces un miedo atroz te agarrota los sentimientos y los convierte en simples y rutinarias palabras - “ ¿te acompaño hasta el hotel? “
– No hace falta-
-Ya se, pero no me importa, no tengo nada mejor que hacer los próximos años….-
Y la acompaño, mirando delicada esa sonrisa que se me escapa, que huye y se disipa, cuando casi sin volver la cabeza, en la recepción del hotel alza su mano para decirme adiós…. Un adiós dividido, un adiós singular por que en esos treinta y tantos años hay mucha belleza, muchas palabras, y muchas tardes que ocupar a su lado.
No las ocuparé, lo tengo claro, pero acabo de conocer a un ángel delicado, que me haría soñar con otra vida, que me daría la oportunidad de ser feliz, hasta que todo se vuelva a terminar. Pero no será. Ella ya no esta mas, y yo me quedo escuchando “Dice”, “From Grace” ( Tiene una amiga que se llama Grace, otra casualidad…. ) y el resto de ese disco que me lleva a su olor, a su cara, a aquella noche convertida hoy en un sueño discreto del que no quiero olvidarme.
Mikel, estoy empezando a sentir la necesidad de volver, de tomar ese café contigo, de ver las calles de Madrid. Estoy empezando a volver.
Un abrazo y cuídate amigo.
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