TITULO ORIGINAL El Secreto de sus ojos
DIRECCIÓN Juan José Campanella
REPARTO Ricardo Darín, Guillermo Francella, Pablo Rago, Soledad Villamil, Javier Godino, José Luis Gioia
AÑO 2009
PAÍS Argentina
Inteligencia y corazón esa es la mezcla, la perfecta conexión con la realidad y los sueños, el estado perfecto de un vivir que nos cobija firmes sin apenas saber porque.
Laura llamaba siempre tarde. Acostumbraba a dormir a los niños para descolgar el telefono y contarme cualquier cosa. No le gustaban las series de televisión, ella era una serie sin limite de capitulos.
-Tienes que verla, es tu película- me susurro al odio. El secreto de sus ojos, de Juan José Campanella con Ricardo Darin como protagonista. Sabor a cine, a butaca con lagrimas, a imágenes en blanco y negro, a colores sombríos donde la palabra se hace hueco y retumba en la conciencia… .
Con este reparto – le dije- me abandonaré en el cine a ver que pasa. Pero no me digas nada, por favor, no soporto las películas escritas de antemano.
Laura se paso llorando el resto de la conversación. “Lo importante en esta vida son las pasiones”. Una al menos por la que decantarse, una por la que sentir para seguir viviendo. – Tu tienes tantas…- me repetía una y otra vez.- Yo no tengo ninguna- se decia una y otra vez.
Yo siempre quise ser la pasión de Laura. Aun hoy, me gustaría que ella me sedujera en silencio en la oscuridad del cine, o que una mañana cualquiera, con los coches hacinados en la carretera, desviara su rumbo y se metiera en mi cama. Me consta que a ella también le gustaría pero no le sale. Lo piensa, hace fuerza, pero simplemente no encuentra la pasión en ningún sitio. Sin embargo, al llegar a su trabajo, Jorge la mira con insistencia, le recorre cada centímetro de su negra minifalda y ella no dice nada, ni siquiera mira, pero cuando llega a su despacho, se vence sobre la silla y su estomago se encoje, y un calor despistado le recorre el cuerpo..
José Manuel no la ha llamado desde hace dos días. Solo esos mensajes poco variados de “buenas noches amor”, y “soy un alma enamorada”. Y es que José Manuel se niega a si mismo. Sigue una estela fugaz del que fue el amor de Laura tantos años. Un poeta canalla, apasionado por la música, un tipo de rápidos reflejos que no supo conservar su tesoro mas preciado: Laura. Hoy vaga distraído por las calles, como si la vida se hubiera clavado y el se hubiera detenido, sin mas… . Trabaja y disimula su tristeza en una multinacional americana. ¿Hay mejor sitio donde esconderse de la vida?.
José Manuel compra música, entradas, libros, joyas, es un portento en el rápido arte de las compras, pero me temo que le falta “chispa”. -Si me oyera Laura me regañaría-, pero ella siente que es cierto, que a su vida ahora, le falta un estimulo, una parte de emoción, un espacio singular para la adrenalina. Por el contrario, la paz ha vuelto a su cabeza, la sencillez, los viajes con encanto, un desayuno en el campo, un cigarro después de… en la medianoche, sin mas pretensiones, ni mas sueños que alcanzar a la mañana siguiente. El torbellino se ha ido y ahora reina la tranquilidad, la sencillez y la cordura. ¿Es lo que quiere Laura? No creo que ni ella misma lo sepa. Pero eso ya da igual.
Al día siguiente fui a ver esa película, con una mezcla de soledad y miedo que llenaba mi estomago sin que quisiera ni un bocado mas. Desde el primer acorde hasta el ultimo, desde la primera frase hasta la ultima, desde el balcón ausente de mis sueños vi el espectáculo demoledor de una una narración singular, unos ojos que hablaban, un mirada que cortaba la respiración y el tiempo que se detenía, la risa que provocaba la vida, los personajes que se mezclaban con un mundo figurado donde los sueños no tenían cabida. “-Dejá, haz otra vida- Tenés que ver lo que son los ojos de el, están en estado de amor puro- . ¿Como hizo para aprender a vivir sin ella.?-.
Cada dialogo, cada frase tenía un sentido especial, una dirección singular donde estremecer la figura y desorientar a las previsiones de una vida calculada, sin magia, con improvisación desmedida, donde la cordura tiene un sitio gris y sombrío, un lugar especial donde no cabe la canción de Drexler: “… y sea lo que sea…. “ Y después la locura, el despertar de unos ojos, porque los ojos hablan….
Llame a Laura, o quizás no la llame pero pensé en hacerlo. Quería decirle que la quiero, pero siempre lo dejo para mañana. Siempre prefiero que surja, cuando sus ojos me miren con esa mirada. Cuando su luz ilumine mi camino en la noche distraída, ese día le diré, ¡¡¡¡¡¡ Vámonos !!!!!!! No antes, pues su pasión reside en otro lugar, su amor en otros ojos, su corazón… no se donde estará, pero no está conmigo.
Y así comprendo que la vida es un susurro que distrae los días y las horas para hacernos caminar tantas veces sin rumbo, pero con la esperanza de encontrar algo, que se yo, un amor, una pasión, o quizás el simple y sencillo sabor de un beso.
Yo ahora no pienso en más. Ni siquiera pretendo más. He engordado un par de kilos, y estoy con esas manchas en la cara que tan raro me hacen. Me hace falta un corte de pelo, y uno de esos masajes en la cabeza. Quizás mañana empiece a adelgazar, a cortarme el pelo, y a decirla que la quiero.
Pero me temo que ni estaré mas guapo, ni ella cambiará su mirada por eso.
Así que me tomaré una copa, y esperaré discreto a que sus ojos hablen y con una media sonrisa me diga: ¡Pánfilo!
He llamado a Laura. No contesta. Le pondré un mensaje. Me voy al concierto.